A veces es necesario romper, gritar y destruir. Para no quedar enganchado al pasado que nos acecha como una sombra indeseable.
A veces es necesario huir, ausentarse sin miedos, sin temores y escapar de nosotros mismos. Porque de lo contrario, la realidad nos volcaría al infierno de la monotonía, el aburrimiento y el hastío.
A veces es necesario hacer lo contrario a lo establecido e intentar deshacerse de las cadenas impuestas.
A veces es necesario caminar solo y no seguir a nadie para encontrar el camino, nuestro propio camino, que no conduce a ninguna parte.
A veces es mejor empezar de nuevo para que todo comience a ser diferente.
A veces pensamos que lo malo es bueno y lo bueno es malo.
A veces confundimos la realidad con los deseos y viceversa.
A veces amamos sin amar porque el amor nos resulta ya algo pesado.
A veces deseamos gritar pero elegimos el silencio. Un silencio que nos ayude a seguir gritando hasta que nadie nos oiga...
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